Se trata de un vino blanco natural con tonalidad amarillo pajizo, elaborado a partir de la variedad Chardonnay. Presenta una elegancia y luminosidad notables, con un bouquet que evoca manzanas verdes y frutas tropicales. En el paladar, se destaca por su longitud, suave acidez y ciertos matices salinos.
MAROFE es un vino natural que experimenta una intervención mínima o nula, lo cual le confiere características distintivas en términos de aspecto, aroma y sabor, a menudo con una mayor complejidad. Al ser un vino natural, establece una conexión más directa con la uva, mostrando ocasionalmente niveles de acidez ligeramente más altos, notas oxidativas y un menor contenido alcohólico. El cultivo de la viña sigue prácticas orgánicas, sin el uso de fertilizantes químicos ni herbicidas, manteniendo un entorno con vegetación durante todo el año, incluyendo plantas como manzanilla, salvia, tomillo y romero para atraer insectos beneficiosos. Las uvas reflejan de manera más auténtica el sabor del terruño y del clima. Marofe, junto a Rosers y Bisserot, forma parte de la selección de vinos blancos naturales de Finca Mont Roig producidos en Cup La Muntanya.
NOTA DE CATA
Marofe, un vino blanco natural, exhibe un color amarillo pajizo, resultado de la uva Chardonnay. Su elegancia y luminosidad se manifiestan con reflejos verdosos. En el aspecto aromático, se destaca por las notas de manzanas verdes y frutas tropicales. En boca, ofrece frescura con sabores cítricos, manzanas verdes, piña, mango, higos y toques especiados. La longitud en boca se combina con una suave acidez y una sutil salinidad, expresando fielmente el carácter del terruño.
VINIFICACIÓN
En el proceso de fermentación, se emplean levaduras silvestres, propias del entorno, para lograr una fermentación espontánea, en contraposición a las levaduras cultivadas o industriales. La ausencia o mínima adición de sulfitos, comúnmente utilizados para estabilizar y preservar el vino, permite preservar la autenticidad de la uva y del viñedo. La filosofía de intervención mínima se refleja en la renuncia a procesos adicionales para manipular sabor, olor, color y otros aspectos, evitando el uso de aditivos y procedimientos artificiales. Dado que estos vinos están vivos, pueden experimentar ligeras variaciones en la botella, lo que contribuye a su naturaleza impredecible, tanto para bien como para mal, aunque esto no afecta su calidad.